EL MOMENTO DEL PADRE
EL MOMENTO DEL PADRE
El derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés es el modelo de todos los grandes avivamientos de la historia. Hechos 1:1-14 nos habla de los componentes claves sobre el avivamiento. La primera es que el avivamiento llega cómo y cuándo Dios decide.
En Hechos 1:6, se nos dice: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?’’. Debido a que Jesús había resucitado de entre los muertos, los Apóstoles tenían una expectativa de que Dios cumpliría sus promesas para su pueblo. Si bien sus expectativas se basaban en profecías de las Escrituras, estaban equivocados en dos cosas.
Una era cómo vendría el reinado del reino de Dios. No fue por el poder político que gobernaba a través de la fuerza del gobierno humano, sino por el poder del Espíritu Santo que gobernaba en los corazones de las personas. El segundo fue el momento oportuno. Estaban pensando que era “en este momento”. Jesús respondió: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. (Hechos 1:7-8)
En estas palabras, Jesús dice que el reino de Dios viene con poder y será en el tiempo del Padre. ¿Y cuál fue la respuesta de ellos? No fue una resignación pasiva a “lo que Dios quiera”. Era una mayor urgencia para orar porque creían que Dios les daría el avivamiento cómo y cuándo Él quisiera.
El derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés es el modelo de todos los grandes avivamientos de la historia. Hechos 1:1-14 nos habla de los componentes claves sobre el avivamiento. La primera es que el avivamiento llega cómo y cuándo Dios decide.
En Hechos 1:6, se nos dice: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?’’. Debido a que Jesús había resucitado de entre los muertos, los Apóstoles tenían una expectativa de que Dios cumpliría sus promesas para su pueblo. Si bien sus expectativas se basaban en profecías de las Escrituras, estaban equivocados en dos cosas.
Una era cómo vendría el reinado del reino de Dios. No fue por el poder político que gobernaba a través de la fuerza del gobierno humano, sino por el poder del Espíritu Santo que gobernaba en los corazones de las personas. El segundo fue el momento oportuno. Estaban pensando que era “en este momento”. Jesús respondió: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. (Hechos 1:7-8)
En estas palabras, Jesús dice que el reino de Dios viene con poder y será en el tiempo del Padre. ¿Y cuál fue la respuesta de ellos? No fue una resignación pasiva a “lo que Dios quiera”. Era una mayor urgencia para orar porque creían que Dios les daría el avivamiento cómo y cuándo Él quisiera.
Posted in 2024 Ayuno de Avance Espiritual
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