Resucitado de Entre los Muertos
Resucitado de Entre los Muertos
Pastor Fred Hartley, III
El Espíritu Santo resucita nuestra conciencia de estar en la presencia de Dios. Puede estar consciente de Su presencia y aun así alejarse. Adán hizo esto en el jardín, cuando sabía que Dios estaba allí, pero se escondió.
El Espíritu Santo nos da el deseo de la presencia de Dios. Por naturaleza, somos enemigos de Dios. Incluso hay algo dentro de nosotros como cristianos que quiere mantener a Dios a distancia porque es más fácil y cómodo. Buscar la presencia de Dios es todo lo contrario a la caída que ocurrió en el Jardín del Edén.
El Espíritu Santo pone en nosotros un deseo de recibir la presencia de Dios. Es cuando aprendemos a recibir la presencia de Dios que todo cambia, porque no podemos dar lo que no hemos recibido. Todo lo que los discípulos tenían para dar lo encontraron en la presencia de Jesús. No tenían nada fuera de eso. Su capacidad para predicar, sanar, resucitar a los muertos, limpiar, expulsar demonios—todo esto se basaba en recibir de Cristo. Recibieron discernimiento. Recibieron poder. Recibieron sabiduría y revelación. A partir de eso, pudieron dar libremente lo que recibieron, y no es diferente para nosotros hoy. Todo lo de verdadera importancia proviene de nuestro deseo de dar lo que hemos recibido de Dios.
Oremos: Padre Amado, hoy, a través de la obra del Espíritu Santo, te pido que pongas en mí una conciencia más profunda de tu presencia y un deseo más profundo de recibir tu presencia. Despiértame en todos los niveles—espíritu, alma y cuerpo—para recibir todo lo que tienes para mí.
¡Oremos por un Avance Espiritual en las Naciones!:
Cada día durante este ayuno le pedimos que se unas a nosotros en la oración por las naciones restantes donde la Escuela de Oración aún no está sirviendo a las iglesias.
Oremos hoy por Estonia.
“Declarad su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.” Salmo 96:3
Pastor Fred Hartley, III
El Espíritu Santo resucita nuestra conciencia de estar en la presencia de Dios. Puede estar consciente de Su presencia y aun así alejarse. Adán hizo esto en el jardín, cuando sabía que Dios estaba allí, pero se escondió.
El Espíritu Santo nos da el deseo de la presencia de Dios. Por naturaleza, somos enemigos de Dios. Incluso hay algo dentro de nosotros como cristianos que quiere mantener a Dios a distancia porque es más fácil y cómodo. Buscar la presencia de Dios es todo lo contrario a la caída que ocurrió en el Jardín del Edén.
El Espíritu Santo pone en nosotros un deseo de recibir la presencia de Dios. Es cuando aprendemos a recibir la presencia de Dios que todo cambia, porque no podemos dar lo que no hemos recibido. Todo lo que los discípulos tenían para dar lo encontraron en la presencia de Jesús. No tenían nada fuera de eso. Su capacidad para predicar, sanar, resucitar a los muertos, limpiar, expulsar demonios—todo esto se basaba en recibir de Cristo. Recibieron discernimiento. Recibieron poder. Recibieron sabiduría y revelación. A partir de eso, pudieron dar libremente lo que recibieron, y no es diferente para nosotros hoy. Todo lo de verdadera importancia proviene de nuestro deseo de dar lo que hemos recibido de Dios.
Oremos: Padre Amado, hoy, a través de la obra del Espíritu Santo, te pido que pongas en mí una conciencia más profunda de tu presencia y un deseo más profundo de recibir tu presencia. Despiértame en todos los niveles—espíritu, alma y cuerpo—para recibir todo lo que tienes para mí.
¡Oremos por un Avance Espiritual en las Naciones!:
Cada día durante este ayuno le pedimos que se unas a nosotros en la oración por las naciones restantes donde la Escuela de Oración aún no está sirviendo a las iglesias.
Oremos hoy por Estonia.
“Declarad su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.” Salmo 96:3
Posted in 2025 Ayuno de Avance Espiritual
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